No te confundas mujer.
Escucha mis palabras , las más bellas que existen.
En el deseo me dibujas a tu antojo,
en el enojo te molestas como si fuera yo,
del mundo
el peor.
¡Mujer!
Abre ya tus ojos. Mira bien mis palabras,
que detrás de lo hermoso va mi reclamo
buscando más que amor.
Deja de lado tus tonos sombríos
y comprende que quien te quiere,
quien te anhela,
es un hombre común...
no el peor.
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